jueves, 15 de agosto de 2013

Materialismo historico y dialectico de Karl Marx


VIDA Y OBRAS DE KARL MARX.



Karl Marx nació en Tréveris (Alemania) en 1818. Estudió la carrera de Derecho pero su gran pasión fue la Historia y la Filosofía (precisamente su tesis doctoral versó sobre los atomistas). Finalizados sus estudios universitarios empezó a trabajar en el año 1842 como redactor del periódico La Gaceta del Rhin; en este diario escribió artículos en los cuales hacía una denuncia de la situación social y laboral de los trabajadores asalariados.

Esta denuncia motivó el que el periódico fuese cerrado por las autoridades gubernativas. En 1843 se marcha a París y entra en contacto con corrientes de pensamiento socialistas y comunistas; conoce a Proudhon, a Bakunin...y a quien sería su gran amigo y colaborador Federico Engels (1820-1895).Después de ser expulsado en repetidas ocasiones (de París, de Bruselas) y de pasar por una calamitosa situación económica se traslada en 1850 a Londres donde se establece de manera definitiva. Murió en esta ciudad en el año 1883.

Entre sus obras destacamos las siguientes:

·         Crítica de la Filosofía del Estado de Hegel, publicada en 1843; su primera obra.

·         Contribución a la Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, publicada en 1844, y de la cual habla Marx en el texto objeto del comentario.

·         Manuscritos Made Economía y Filosofía, escrita en 1844 pero publicada después de su muerte.

·         La Sagrada Familia, publicada en 1845.

·         La Ideología Alemana, publicada en 1846.

·         Contribución a la Crítica de la Economía Política, publicada en 1859, y cuyo prólogo es el texto incluido en nuestro libro de textos. En este prólogo aparece formulado el llamado materialismo histórico o concepción materialista de la historia.

·         El Capital, su obra más conocida. El primer tomo de esta magna obra fue escrito por Marx y se publicó en 1867; el segundo tomo apareció en 1884; el tercer tomo fue publicado en 1894; Marx murió dejando incompleto el segundo tomo; fue F. Engels quien lo completó y, además, el autor y responsable del tercer tomo.

 

       I.        EL MATERIALISMO HISTÓRICO DE KARL MARX.

Normalmente se utiliza la expresión "materialismo histórico" para hacer referencia a la filosofía de Marx. El Materialismo histórico encuentra su primera formulación en la obra titulada La Sagrada Familia (1845); una exposición más amplia aparece en Miseria de la filosofía (1847) y en El Manifiesto Comunista (1848); de forma resumida aparece en el prólogo de la obra Contribución a la crítica de la economía política (1859.

¿Qué es el Materialismo histórico? Es una interpretación o concepción de la Historia, del devenir o acontecer histórico en clave económica. Es claramente una interpretación de la Historia muy distinta de las interpretaciones religiosa o teológica que hace San Agustín en el siglo V en su obra La Ciudad de Dios y De Maistre y Bonald en el siglo XIX y según la cual es Dios quien dirige a la Historia; de alguna manera, los hombres no son más que marionetas movidas por los hilos de Dios; es Dios quien dirige la Historia hacia la meta que el propio Dios se ha marcado. También es muy distinta de la interpretación idealista o racional de la Historia defendida entre otros por Hegel según la cual el acontecer histórico está determinado por la evolución de los pensamientos y las ideas de los hombres, y que, a su vez, están determinadas por un Espíritu o Razón Universal.

 

1.    EL CONCEPTO DE HOMBRE: EL HOMBRE COMO SER TRANSFORMADOR DE LA NATURALEZA.

Para entender correctamente qué es el materialismo histórico en cuanto interpretación económica de la Historia es preciso hablar de la antropología marxista, esto es, del concepto de Hombre que tiene Marx.

Para Marx, el hombre es ante todo un ser que tiene una serie de necesidades materiales al igual que otros seres como los animales. El hombre satisface esas necesidades transformando la Naturaleza a través de su trabajo. Al hacer esto el hombre lo que hace es humanizar la naturaleza. Muchos animales también transforman a través de su actividad la naturaleza para conseguir de ésta los medios para satisfacer sus necesidades (valga como ejemplo la abeja que liba el polen para elaborar la miel con la cual se alimenta), pero existe una diferencia clara (un abismo) entre el hombre y el animal: el animal no es consciente de su actividad transformadora; el hombre, en cambio, al ser consciente de su actividad, puede dirigirla a su voluntad. Por tanto, se puede decir que, más que por el pensamiento o la posesión de ideas religiosas, lo que distingue al hombre del animal en su relación con la Naturaleza es el trabajo, la acción transformadora de la realidad para producir los medios que le sirvan para satisfacer sus necesidades materiales.

Además de esto conviene señalar que esta actividad transformadora de la Naturaleza no la realiza el hombre en solitario sino junto a otros hombres; de alguna manera, para Marx en el trabajo se unen los hombres; es en sociedad como los hombres realizan su actividad transformadora. A todo esto es a lo que Marx llama producción social de la vida: el hombre se relaciona con otros hombres para producir (de ahí que se hable de producción social) aquellos medios que permiten satisfacer sus necesidades materiales (comida, vivienda, vestido, etc.).

Lo que permite explicar el devenir de la Historia de la Humanidad es la evolución de la manera como los hombres en sociedad van produciendo los medios para satisfacer sus necesidades materiales; si en la Historia hay etapas, fases o periodos es porque hay cambios en las maneras de conseguir los medios de subsistencia, y no tanto porque haya un cambio de costumbres o de ideas. Precisamente por esto se dice que en Marx encontramos una interpretación económica de la Historia: los cambios profundos en la Historia no tienen su raíz en cambios ideológicos o políticos sino en cambios económicos, en cambios en la manera como los hombres producen los medios que le permiten seguir sobreviviendo.

2.    EL CONCEPTO DE MODO DE PRODUCCIÓN: FUERZAS PRODUCTIVAS Y RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN.

El concepto de modo de producción es uno de los conceptos fundamentales del materialismo histórico. Modo de producción puede ser definido como la forma o manera cómo los hombres de una determinada época histórica producen socialmente los medios de subsistencia. Es, además, lo que define y caracteriza esencialmente a cada época histórica (Marx también utiliza la palabra "sociedad" para referirse a cada época histórica) y lo que permite explicar el cambio o devenir histórico. En efecto, si Marx habla de cinco etapas históricas es porque según él hay cinco modos de producción y si se ha producido un paso o cambio de una época a otra es porque ha tenido lugar un cambio radical en el modo de producción. Además, puesto que el modo de producción es esencial de cada etapa Marx lo llama también "infraestructura" o estructura económica de la sociedad.

Un modo de producción se compone de dos elementos o partes:

·         Las fuerzas productivas.

·         Las relaciones sociales de producción.

 

a)    Las fuerzas productivas, calificadas por Marx como "los huesos y los músculos de la producción", son el elemento material y el elemento humano que intervienen en la producción de algo. El elemento material son los medios de producción: las materias primas, las herramientas y las técnicas utilizadas en el proceso de producción, el capital o dinero invertido; el elemento humano es la fuerza de trabajo, es decir, la energía humana invertida o empleada en el proceso de producción.

b)    Las relaciones sociales de producción son las relaciones económicas que se establecen entre los hombres según la posición que ocupan en el proceso de producción, tanto en lo referido a la posesión de las fuerzas productivas como en lo referente al reparto de la producción; son, básicamente, las relaciones que se dan entre quienes detentan la posesión de los medios de producción y entre quienes solamente poseen la fuerza de trabajo. Según la posición que el hombre ocupe en el proceso de producción pertenecerá a una clase social o a otra (clase social puede ser definida como el grupo de individuos que desarrollan un mismo papel o función u ocupan una misma posición en el proceso de producción). Hay, básicamente, dos clases sociales: la clase social dominante, que es la clase que posee los medios de producción) y la clase social dominada (que solamente dispone de su fuerza de trabajo). Las relaciones sociales de producción son las relaciones entre ambas clases y conviene señalar que no son relaciones armónicas sino más bien conflictivas pues se trata de clases antagónicas; es a esto a lo que Marx llama lucha de clases.

Puesto que el devenir de la Historia se explica, según Marx, por un cambio en el modo de producción, cabe hacer la siguiente pregunta: ¿por qué "entra en crisis" y cambia un determinado modo de producción? La respuesta de Marx es clara: un determinado modo de producción "se rompe" cuando se produce un desajuste entre sus dos elementos componentes, es decir, entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. El modo de producción sobrevive, según Marx, cuando hay una armonía entre sus dos elementos componentes, pero esa armonía se rompe (y entonces se produce el desajuste) cuando se produce un desarrollo de las fuerzas productivas debido al progreso tecnológico y científico. Cuando se produce ese desajuste se hace mucho más latente la lucha de clases produciéndose, de esta manera, una revolución social que hace desaparecer el modo de producción existente y ya caducó para sustituirlo por otro modo de producción más acorde con ese desarrollo de las fuerzas productivas.

Por decirlo de otra manera, las transformaciones en las fuerzas productivas exigen también transformaciones en las relaciones sociales de producción, en la organización social del trabajo; tarde o temprano, las relaciones sociales de producción tienen que adaptarse al estado de desarrollo de las fuerzas productivas. Si no ocurre así, el proceso de producción se ve obstaculizado desembocando en una crisis que conlleva una revolución cuyo resultado final es la formación de un nuevo modo de producción en el cual sí tiene lugar esa adaptación de las relaciones sociales de producción al desarrollo de las fuerzas productivas.

Así es como explica Marx el paso de una época histórica a otra. A juicio de Marx, la Historia de la Humanidad puede dividirse en cuatro épocas o sociedades.

Estas épocas o sociedades son las siguientes:

1.    Época o sociedad primitiva o asiática: su característica fundamental es la propiedad colectiva de los medios de producción y de los bienes producidos.

2.    Época o sociedad antigua o esclavista: su característica fundamental es la división en clases sociales: los hombres libres y los esclavos.

3.    Época o sociedad feudal: distinción entre dos clases sociales: señores feudales y siervos.

4.    Época o sociedad burguesa o capitalista: distinción entre burguesía y proletariado; la burguesía posee los medios de producción; el proletariado, solamente su fuerza de trabajo; las ganancias -en forma de plusvalía- van a parar a manos del burgués.

5.    Después de la época capitalista vendrá la quinta -y última- etapa o sociedad: la época o sociedad comunista, caracterizada por la posesión colectiva de los medios de producción; se trata, además, de una sociedad sin clases (ya no hay ni clase dominante ni clase dominada). Con la llegada de la sociedad comunista acaba la prehistoria de la Humanidad y comienza la verdadera y auténtica Historia del Hombre.

 

3.    INFRAESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA: RELACIONES.

Recordemos que al modo de producción Marx también lo llama infraestructura o estructura económica de la sociedad; es la base real y esencial de una época histórica. Como tal, el estudio de una determinada época exige que a ella le prestemos especial atención pues es la infraestructura la que determina las restantes manifestaciones de la vida social: creencias religiosas, costumbres, leyes, costumbres.

La infraestructura condiciona lo que Marx llama superestructura, compuesta por:

a)    La estructura jurídico-política.

b)    La estructura ideológica o formas de conciencia social.

 

a)    La estructura jurídico-política se refiere a las leyes y las instituciones estatales. Pero, ¿en qué sentido se puede decir que está condicionada por la infraestructura o modo de producción? En el sentido de que las instituciones estatales y las leyes van a estar de alguna manera puestas al servicio de quien domina en el modo de producción, esto es, al servicio de la clase dominante. Así, por ejemplo, en la época feudal las leyes y las instituciones estatales están hechas y organizadas de tal modo que benefician a la clase dominante de los señores en contra de los intereses de la clase dominada, los siervos; lo mismo ocurre también con la burguesía y el proletariado. En definitiva, el poder político y el poder legislativo está condicionado por quien tiene el poder económico, es decir, la clase dominante.

b)    La estructura ideológica o formas de conciencia social se refiere a las ideas, creencias, valores y costumbres de una época histórica determinada. Estas ideas y valores no son las mismas en todos los hombres; son diferentes y varían de unos hombres a otros dependiendo de si pertenecen a la clase dominante o a la clase dominada; cada clase social tiene sus propios valores, sus propias ideas y sus propias creencias; o lo que es lo mismo cada hombre ve el mundo de una manera dependiendo de su lugar o posición en el proceso de producción. Y de la misma manera que en las leyes y las instituciones estatales destaca la presencia de la clase dominante, en lo referente a lo ideológico ocurre algo muy parecido: las ideas y creencias dominantes en una época dada son las ideas y creencias de la clase dominante.

Resumiendo, cualquier época o sociedad histórica tiene dos elementos: la infraestructura o modo de producción, y la superestructura (con sus dos elementos componentes). La infraestructura es el elemento esencial pues condiciona al otro elemento, es decir, a la superestructura.

 

4.    LA ALIENACIÓN: FORMAS DE ALIENACIÓN.

El concepto de alienación fue utilizado por L. Feuerbach para hacer referencia al hecho de que los hombres consideren a Dios como un ser ajeno a ellos mismos al que hay que adorar y respetar y ante el que hay que arrodillarse y no como una creación suya, una imagen de la propia esencia humana pero situada en un plano divino y sobrenatural. La religión, por tanto, es la esfera en la cual, según Feuerbach, transcurre este fenómeno de la alienación.

El concepto de Alienación que tiene Marx es mucho más completo. Para Marx, la alienación se da en todas aquellas actividades humanas en las cuales lo hecho por el hombre, lo producido por el hombre aparece como algo extraño y ajeno que lo domina. El fenómeno de la alienación se da en cuatro esferas: la esfera económica, la esfera social, la esfera política, y, por supuesto, la esfera religiosa. De todas estas cuatro formas de alienación, la primera, la alienación económica, es la fundamental; de hecho, es la alienación económica la que origina y promueve las otras formas de alienación.

Ø  La alienación económica es ante todo alienación en el trabajo. Para Marx, como ya hemos dicho, el hombre es un ser activo-práctico que a través de su trabajo va transformando la Naturaleza para conseguir de ella aquello que le permita satisfacer sus necesidades materiales. La actividad del trabajo forma, por tanto, parte de la esencia humana (el hombre es, antes que nada, un ser trabajador -?-). Ahora bien, en el proceso de producción, el hombre se siente extraño ante su propia actividad -y por eso no se siente a gusto trabajando- pues el producto de su trabajo no pasa a sus manos sino a las manos de otro. En efecto, sobre todo en el modo de producción capitalista, aunque también está presente en los anteriores modos de producción, el trabajador solamente se apropia del producto de su actividad en una mínima parte y en forma de salario; el resto del producto del trabajo -la mayor parte- genera unas ganancias o plusvalía que cae en manos del propietario de los medios del trabajo. Dicho de otra manera, hay alienación en el trabajo porque una mínima parte del producto del trabajo cae en manos de quien posee sólo la fuerza de trabajo, mientras que la mayor parte del producto cae en manos de quienes poseen los medios de producción.

En definitiva, el hombre se siente a disgusto trabajando y considera el trabajo como una actividad extraña y ajena a él porque hay una mal reparto del producto del trabajo.

Ø  La alienación social consiste en el hecho de que el hombre ve la esencia humana, la humanidad, el ser hombre como algo ajeno al hombre mismo. Antes que hombre, un individuo cualquiera se ve como miembro de una determinada clase social; así, antes que hombre el trabajador de una fábrica se ve como proletario; lo mismo le ocurre al burgués. Además, el verse como perteneciente a una determinada clase social que está en antagonismo con la otra clase social hace que el hombre vea al otro hombre como un enemigo y no como un miembro de la raza humana.

Ø  La alienación política consiste en el hecho de que los hombres, sobre todo los trabajadores- ven las instituciones estatales y políticas (partidos políticos, parlamentos, etc.) como una realidad ajena y extraña que representa los intereses de quien ejerce la dominación en el terreno económico: la clase social dominante. Políticamente domina quien domina económicamente: la clase social dominante.

Ø  La alienación religiosa es similar a la alienación de la que habla Feuerbach: los hombres hemos creado a los dioses, a todo lo que representa el mundo de la religión. La diferencia entre Feuerbach y Marx es que éste último busca las causas concretas que hacen posible esta creación. Según Marx, la miseria económica que padecen los miembros de la clase social dominada y oprimida hace que se engañen a sí mismos e inventen un mundo imaginario o sueño dorado que es el mundo que nos ofrece la religión. Como dice Marx, el hombre oprimido económicamente suspira por una ilusoria felicidad celeste que adormezca sus desgracias y pesares presentes. En este sentido, “la religión es el opio del pueblo” ya que es como una droga que sirve de consuelo a aquellas personas que sufren la miseria económica.

 

5.    LA TRANSICIÓN DE LA SOCIEDAD CAPITALISTA A LA SOCIEDAD COMUNISTA.

El centro de todos los análisis sociales, políticos y económicos que hizo Marx fue la sociedad o época histórica que le tocó vivir. A esta sociedad o época histórica la llamó sociedad burguesa y, al igual que cualquier otra sociedad o época histórica, se define por un modo de producción. El modo de producción específico de la sociedad burguesa es el modo de producción capitalista y se caracteriza por lo siguiente:

a)    Con relación a las fuerzas productivas, los medios de producción son propiedad privada de la burguesía que es la clase social dominante; la fuerza de trabajo se caracteriza por ser un trabajo asalariado (el proletariado, que es la clase social dominada u oprimida, vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario o sueldo con el cual adquiere los productos para satisfacer sus necesidades básicas); ahora bien, se trata de una fuerza de trabajo sujeta a la ley de la oferta y la demanda (el trabajo vale dependiendo de las fluctuaciones del mercado del trabajo: abundancia de mano de obra hace que la fuerza de trabajo tenga poco valor). El resultado del proceso de producción es el producto manufacturado, el cual pasa a ser propiedad en su mayor parte del burgués en forma de plusvalía.

b)    Con relación a las relaciones sociales de producción debemos decir que son conflictivas y tienen lugar entre las dos clases sociales que intervienen en el proceso de producción: la burguesía y el proletariado. Ahora bien, según Marx llegará un momento -próximo según él- en el cual esas relaciones sociales conflictivas desemboquen en una revolución social cuya finalidad es la destrucción del modo de producción capitalista. Inmediatamente después de la revolución social protagonizada por el proletariado como clase social oprimida se establecerá, antes de llegar a la auténtica sociedad comunista, una etapa histórica de carácter provisional y transitorio que él llama Dictadura del proletariado en la cual el proletariado se constituye en clase social dominante y controla todo el poder político. La dictadura del proletariado tiene como finalidad preparar la llegada de la auténtica sociedad comunista la cual se caracteriza por un nuevo modo de producción en el que desaparece la propiedad privada de los medios de producción y se instala su propiedad colectiva, y en el que quedan abolidas las clases sociales (es una sociedad sin clases). Con la llegada de la auténtica sociedad comunista comienza la verdadera historia de la Humanidad; todo lo que ha acontecido anteriormente (las otras cuatro etapas) no es más que prehistoria.

 

     II.        EL MATERIALISMO DIALECTICO DE KARL MARX.

1.    Materialismo dialéctico es la corriente del materialismo filosófico de acuerdo a los planteamientos originales de Engels y Marx que posteriormente fueron enriquecidos por Vladimir I. Lenin y después sistematizados por miembros de la Academia de las Ciencias de la Unión Soviética principalmente y maoísta. Esta corriente filosófica define la materia como el sustrato de toda realidad sea concreta o abstracta (pensamientos) emancipa la primacía e independencia de la materia ante la conciencia y lo espiritual, declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su naturaleza material, y aplica la dialéctica –basada en las leyes dialécticas propuestas por Hegel– para interpretar el mundo, superando así al materialismo mecanicista. El materialismo dialéctico es uno de los tres componentes –la base filosófica– del comunismo marxista-leninista. Denominado “Diamat”, el materialismo dialéctico fue también la filosofía oficial de la antigua Unión Soviética.

El materialismo dialéctico, como sistema filosófico, es opuesto al idealismo filosófico que concibe al espíritu como el principio de la realidad. Para el materialismo dialéctico las ideas tienen un origen físico, esto es, lo primero es la materia y la conciencia lo derivado. Como tal, el materialismo dialéctico se apoya en los datos, resultados y avances de las ciencias y su esencia se mantiene en correspondencia y vigencia con la tradicional orientación progresista del pensamiento racional científico. Asimismo está opuesto a la corriente filosófica del agnosticismo, pues declara la cognoscibilidad del mundo en virtud de su materialidad y de su existencia objetiva en el tiempo y en el espacio. Engels lo manifestó de esta manera: “Las formas fundamentales de todo ser son el espacio y el tiempo, y un ser concebido fuera del tiempo es tan absurdo como lo sería un ser concebido fuera del espacio”. Se debe entender aquí que no es una contradicción caprichosa entre la teoría y la práctica, sino que es en realidad una relación dialéctica, que si bien se reconoce la importancia de la práctica no se deja de lado la teoría, por el contrario, Marx planteaba que la forma de conocer el mundo se podía hacer desde dos procesos distintos, el primero consiste en ir de la practica a la teoría regresando a la práctica o iniciando por la teoría yendo a la práctica regresando a la teoría. Teoría-practica-teoría o practica-teoría-practica.

Engels y Marx sintetizaron su materialismo dialéctico a partir de su demoledora crítica del materialismo mecánico de Ludwig Feuerbach y a la dialéctica idealista de Georg Wilhelm Friedrich Hegel. Al materialismo de Feuerbach lo consideraron como un materialismo influido por corrientes del pensamiento filosófico metafísico e idealista.

Famosas son las 11 tesis sobre Feuerbach de Marx y Engels, en particular la undécima que reza así: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”. De la dialéctica hegeliana Engels dice que ésta se encontraba cabeza abajo con Hegel y que fue Marx quien la colocó sobre sus pies. Posteriormente, Engels describió las leyes de la dialéctica en su Anti-Duhring (obra polémica contra las teorías propugnadas por el anarquista alemán Karl Eugen Dühring).

Luego en el siglo XX en Rusia, Lenin contribuyó a las ideas materialistas dialécticas al desarrollar polémicas con sus adversarios, particularmente con filósofos (idealistas) positivistas como el austriaco Ernst Mach y los rusos Aleksandr Bogdánov y V. Bazárov (nombre real: Vladímir A. Rúdnev), y, por sobre todo, su empiro-monismo. La principal razón de la disputa entre Lenin y estos filósofos era su afirmación de que el positivismo idealista estaba por encima del debate filosófico entre idealismo y materialismo. A estos, Lenin les afirmó lo siguiente: “Materialismo es reconocer los «objetos a sí mismos» o fuera de la mente; las ideas y las sensaciones son copias o imágenes de éstos objetos. La doctrina opuesta (idealismo) afirma que los objetos no existen «sin la mente»; los objetos son «combinaciones de sensaciones»”.

Más adelante nos encontramos con la teoría desarrollada por Mao Tse-tung el cual también desarrollo aportes en la parte filosófica del Materialismo dialectico, sobre todo en la parte que tiene que ver con la concepción que se tiene del trabajo intelectual, del lenguaje, de la moral comunista de la construcción de sociedad entre otros aspectos.

En conclusión el materialismo dialectico no es otra cosa que el método científico de los comunistas en el mundo, método por el cual se llega a conocer el mundo, a entender las contradicciones internas y externas, a conocer las causas y cada una de las cosas como son a partir de la ciencia, dejando de lado al idealismo.

2.    La división entre materialismo dialéctico y materialismo histórico

El término “materialismo dialéctico” nunca fue usado por Marx o Kant ni definido sistemáticamente por ninguno de ellos. El término fue introducido por el revolucionario ruso del siglo XIX, Georgi Plejánov, así como la clasificación de materialismo dialéctico y materialismo histórico. Según Plejanov en su obra La concepción monista de la historia, el materialismo dialéctico de Marx y Engels tuvo como preludio la contraposición del materialismo metafísico de los enciclopedistas (opuestos al idealismo metafísico heredado de la Edad Media) y el idealismo dialéctico de los filósofos alemanes. Marx y Engels tomaron como base a la crítica materialista de Feuerbach y los hegelianos de izquierda al idealismo dialéctico de Hegel. Los desarrollos posteriores, sobre todo a partir de las Tesis sobre Feuerbach de Marx, resultaron en una visión no-dualista del mundo que incorporaba una relación dialéctica entre materia y espíritu, siendo la actividad humana la base de esta interacción.

La introducción de los términos materialismo dialéctico y materialismo histórico se puede interpretar como un intento de sistematizar los fundamentos filosóficos presentados por Marx y Engels. Lenin asumió por establecida esta división debido a que Plejanov era considerado el “Padre del Marxismo” en la Rusia del siglo XIX. En esta división, el materialismo dialéctico fue definido más tarde por Stalin como la aplicación de las leyes dialécticas a la naturaleza y el materialismo histórico como la extensión de las mismas a la historia y la sociedad.[8] Sin embargo, otros autores consideran esto como un grueso error, pues consideran que es precisamente a la inversa: Marx desarrolló en sus trabajos la concepción materialista de la historia (La ideología alemana) como método de análisis, sin llegar a representarla nunca como un sistema. Fue Engels quien, posteriormente, intentó construir, partiendo de los métodos utilizados por su compañero en sus análisis históricos, una ontología marxista, ontología que quedó bautizada como Materialismo Dialéctico (y esto sin necesidad de identificar el materialismo dialéctico con la versión consagrada del Diamat como doctrina oficial de la difunta Unión Soviética)

 

3.    Marx, Engels y la crítica de la religión

Esta es la famosa cita textual de K. Marx en relación a la religión:

“La base de la crítica irreligiosa es ésta: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre. En otras palabras, la religión es la autoconciencia y la auto identidad del hombre en tanto que éste no se ha encontrado a sí mismo o se ha extraviado de nuevo. Pero el hombre no es un ser abstracto habitando fuera del mundo. El hombre es el mundo humano, el estado, la sociedad. Este estado, esta sociedad, producen la religión, la cual es una conciencia del mundo invertida porque estos son un mundo invertido. La religión es la teoría general de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica en versión popular, su punto espiritual de honor, su entusiasmo, su sanción moral, su solemne complemento, su base general de consolación y justificación. Es la realización fantástica del ser humano en tanto que éste no posee realidad verdadera alguna. La lucha contra la religión es, por lo tanto, indirectamente una lucha contra ese mundo de cuyo aroma espiritual es la religión.

La miseria religiosa es a un tiempo expresión de la miseria real y protesta contra la miseria real. La religión es una queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, y el alma de unas condiciones desalmadas. Es el opio del pueblo.

La abolición de la religión como la felicidad ilusoria de los hombres es una demanda para su felicidad real. El llamado a abandonar sus ilusiones acerca de su condición es un llamado a abandonar una condición que requiere de ilusiones. La crítica de la religión es, por lo tanto, la crítica embrionaria de este valle de lágrimas del cual la religión es el halo”.

Por su parte, F. Engels dijo de la religión lo siguiente:

“Toda religión, sin embargo, es nada más que un reflejo fantástico en las mentes de los hombres de esas fuerzas externas que controlan su vida diaria, un reflejo en el que las fuerzas terrestres asumen la forma de fuerzas sobrenaturales”

 

4.    Las dos cuestiones básicas de la filosofía

El pilar filosófico fundamental del materialismo dialéctico es lo que define como “la cuestión básica en filosofía” que se refiere a la relación entre el mundo material (la realidad) y su independencia con respecto al ser (la conciencia), lo espiritual. Se establece la relación materia-sobre-conciencia en la que la materia es primaria y la conciencia es producto del desarrollo ulterior de la materia.

La cuestión básica en filosofía tiene dos aspectos fundamentales. La primera es la cuestión de la esencia, de la naturaleza del mundo. El segundo aspecto es la cuestión de la cognoscibilidad del mismo. “El desarrollo de las ciencias destruye definitivamente la creencia idealista de que el mundo esté basado en lo supernatural, en lo espiritual”. De esta manera, el materialismo dialéctico está necesariamente vinculado y es inseparable del ateísmo científico: “puesto que solamente lo que es material es perceptible, conocible, nada es conocido de la existencia de Dios”.

En La Sagrada Familia o Crítica de la Crítica, del cual la anterior cita es tomada, Marx y Engels demuestran que el ateísmo es representativo de las clases progresistas –en particular de la clase burguesa del siglo XVIII– que debieron luchar contra las concepciones feudales y religiosas reaccionarias.

La segunda cuestión filosófica más importante para el materialismo dialéctico es si el mundo está en constante movimiento, cambio y desarrollo cualitativo y en una interconexión universal, o es un sistema estático y en moción cíclica sin contradicciones internas ni cambios cualitativos. Aquí entra la importancia de la dialéctica que es definida como “la ciencia de las leyes generales del movimiento y desarrollo de la naturaleza, la sociedad humana y el pensamiento”. La segunda cuestión filosófica lidia especialmente contra el método metafísico –no contra la llamada metafísica– que interpreta la realidad y los fenómenos del mundo como aislados los unos de los otros, además de asignarles la cualidad de ser inmutables.

5.    El concepto filosófico de materia

La definición materialista dialéctica de lo que es materia fue expuesta por Lenin en su obra Materialismo y empirocriticismo de esta manera:

“Materia es una categoría filosófica que denota la realidad objetiva, la cual es dada al hombre a través de sus sensaciones, y la cual es copiada, fotografiada y reflejada por nuestras sensaciones, mientras que existe independientemente de éstas”.

Son las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza la sociedad y el pensamiento humano.

6.    Las categorías del materialismo dialéctico

1. Esencia y fenómeno

2. Causa y efecto

3. Necesidad y casualidad

4. Ley

5. Contenido y forma

6. Posibilidad y realidad

7. Lo singular lo particular y lo individual

8. Lo abstracto y lo concreto

9. Lo histórico y lo lógico

10. Materialismo e Idealismo

11. Práctica y Contradicción

12. Teoría y práctica

13. Cambio y movimiento

7.    Leyes de la dialéctica

En su Anti-Dühring, Engels expone que las tres leyes fundamentales de la dialéctica:

·         Ley de los cambios cuantitativos en cualitativos

·         Ley de la unidad y lucha de contrarios

·         Ley de la negación de la negación

 

8.    La teoría del conocimiento materialista dialéctico

Los fundamentos de la teoría del conocimiento materialista dialéctica fueron formulados por Lenin, los cuales se resumen en tres asunciones básicas:

a)    “Las cosas existen independientemente de nuestra conciencia, independientemente de nuestras sensaciones, fuera de nosotros (...)

b)    No hay definitivamente diferencia alguna en principio entre el fenómeno y la cosa-en-sí, y no puede existir tal diferencia. La única diferencia es entre lo que es conocido y lo que todavía es desconocido (...)

c)    En la teoría del conocimiento como en cualquier otra esfera de la ciencia, nosotros debemos pensar dialécticamente, eso es, no debemos considerar nuestro conocimiento como terminado, como inalterable, pero debemos determinar cómo el conocimiento emerge de la ignorancia, cómo el conocimiento incompleto e inexacto se torna completo y más exacto”.

9.    La lógica dialéctica

La Lógica Dialéctica fue concebida por Hegel en su obra Ciencia de la Lógica. En vez de eliminar la contradicción, la convirtió en la clave de su sistema lógico. Para Marx y Engels la filosofía hegeliana tenía un carácter revolucionario,[16] que fundaba la lógica dialéctica como lógica del movimiento, de la evolución, del cambio,[15] pero requería ser reelaborada con el enfoque del materialismo, de manera que consideraron la dialéctica como "la ciencia de las leyes generales del movimiento, tanto del mundo exterior como del pensamiento humano" y así "la propia dialéctica del concepto se convertía simplemente en reflejo consciente del movimiento dialéctico del mundo real". Las bases de la lógica dialéctica del marxismo quedaron planteadas en el Anti-Dührin y en la Dialéctica de la Naturaleza de Engels. Su trabajo fue continuado entre otros por primera vez por V. I. Lenin en su obra Materialismo y empirocriticismo. El mismo Lenin en 1914, estudió detenidamente la lógica dialéctica y anotó cuestiones fundamentales sobre la misma, en los denominados Cuadernos Filosóficos. Lenin definió cuatro demandas básicas para su construcción:

a.    Examen de todas las facetas del objeto;

b.    Examen del objeto en su “desarrollo y auto movimiento” y en sus “múltiples relaciones” con las demás cosas, la unidad de los contrarios y además la transición y la transformación de una cosa en otra.

c.    Una “definición” completa de un objeto debe incluir la experiencia humana entera. La lógica dialéctica sostiene que “la verdad es siempre concreta, nunca abstracta (...)” el “infinito proceso de descubrimiento de nuevos aspectos y relaciones”, de continua profundización del conocimiento

d.    La Lógica Dialéctica no niega la significancia de la lógica formal en la estructuración del pensamiento.

Una diferencia entre la lógica formal y la lógica dialéctica es que esta última “revela los principios lógicos de la transición al nuevo conocimiento, estudia la formación y el desarrollo de teorías”.

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